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“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”1ra Tes 5:23.

La teología protestante y católica romana tienen sus propios conceptos doctrinales sobre esta temática. Intentaremos clarificar los puntos divergentes de este estudio fundamentado en las Santas Escrituras.

Atendiendo el orden que nos sugiere Pablo, empezaremos a analizar lo relativo al espíritu: raíz hebrea—ruakh—. Griega—pneuma, viento, aliento—. En el análisis de esta parte citamos el libro de Génesis, en cuyos escritos encontramos la creación del hombre.

“Entonces Jehová Dios formó al hombre con polvo de la tierra, y sopló en sus narices aliento de vida” Génesis 2:7. El hálito de

vida soplo suave, vapor, energía, vigor, fuerza, que se extiende a los animales:

“Y he aquí, que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá” Génesis 6:17. Las consecuencias del diluvio: “Todo lo que tenia aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra murió” Génesis 7:22.

El patriarca Job afirma también que nuestra respiración depende del halito o espíritu de vida. “Que todo el tiempo que mi alma esté en mi y haya halito de Dios en mis narices”. Y otra vez: “El espíritu de Dios me hizo y el soplo Omnipotente me dio vida” Job 27:3; y 33:4.

El salmista David corrobora lo expuesto por sus consiervos: “Escondes tu rostro, se turban, les quitas el hálito, dejan de ser” Salmo 104:29.

Con los versículos citados en esta parte entenderemos mejor lo que explica el sabio:

“Y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio” Eclesiastés 12:7. Este espíritu que hace referencia

el predicador no es aquel que va a las mansiones celestiales una vez que abandona el cuerpo; es el espíritu o soplo de vida que gravita en nuestras narices, que lo toma el dador de la vida una vez que fallecemos.

Analicemos lo expuesto por Job: “Que todo el tiempo que mi alma esté en mi y haya hálito de Dios en mis narices”. Ese hálito, espíritu o soplo que está en nosotros es un ser inmaterial que está “enchufado”, mientras haya vida con el que nos la concedió, –Dios–. Ejemplo: cuando usted enchufa al tomacorriente la espiga de una licuadora inmediatamente funciona y se torna inactiva una vez que carece de electricidad -energía—. Similar situación ocurre con el género humano, y todo lo que respira, una vez que la fuerza generadora de vida abandona el cuerpo, esta retorna a su Creador.

Si asumimos—como afirman algunas exégesis—que el espíritu de la persona que fallece va a la eternidad con Dios, como se explica la afirmación paulina escrita en nuestra portada? “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo y todo vuestro ser, espíritu alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo” 1ra Tes 5:23.

Paralelo al espíritu o soplo de vida, poseemos en nuestro interior un espíritu que controla y regula nuestras acciones.

Leamos algunos ejemplos:

“Este—Apolos—había sido instruido en los caminos del Señor, siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba…”

Hechos 18:25. El espíritu de este siervo—cuyas acciones {(provenían de su interior—se manifestaban a través de la devoción y piedad ardiente en favor de las almas necesitadas de la salvación por medio de su eficaz mensaje.

Otro concepto del espíritu que sincroniza las actividades del hombre lo encontramos en una de las cartas paulinas “¿Quién de los hombres sabe las cosas del hombre sino el espíritu del hombre que está en el?..” 1ra de Corintios 2:11. En efecto cada uno conoce sus propios actos y tiene la facultad de que éstos se realicen de forma positiva o negativa. De allí, su definición que presenta el diccionario Babylon: “El espíritu se define como un ser inmaterial, simple y sustancial; capaz de poseer y realizarse en la autoconciencia—interioridad referente a la vida interior de las personas, es decir, todo lo que acontece en su interior—”.

Estudiemos brevemente la parte inversa de la acción del espíritu, de los ejemplos citados arriba: “Antes del quebrantamiento de la soberbia, y antes de la caída, la altivez de espíritu” Proverbios 16:18. La última parte de este versículo indica que la altivez—soberbia, orgullo, etc, es abatida—a causa de la caída del espíritu de una persona que carece de humildad.

Veamos este otro ejemplo:

“Cómo ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda” Proverbios 25:28. Esta parte está

representada por  la figura del hombre, cuyo espíritu ante la maldad no tiene freno, carece de recursos—valores—para controlar su vida interna.

Estudiemos brevemente Hebreos 4:12. “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta el partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos y discierne los pensamientos y las intensiones del corazón”. Una vez que la palabra de Dios impacta en el interior de la persona aflige, duele, etc, hay quebrantamiento de espíritu. Como está escrito: “Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos— afligidos—de espíritu”. Salmo 34:18. En este proceso la palabra de Dios cambia y regenera a un espíritu inmerso en el pecado, a uno contrito y humillado.

Es imprescindible hacer énfasis del Espíritu Santo o el Espíritu de Dios que no debe confundirse con los espíritus que estudiamos. Por su jerarquía y dignidad su nombre principia con mayúscula, y sus funciones son específicas.

Por lo expuesto hasta aquí, podemos hacer diferencia entre el espíritu de vida que nos brinda movimiento y energía  del espíritu interno que dirige nuestra conducta.

¿ES EL ALMA INMORTAL?

Desde tiempos inmemoriales se discute el verdadero significado de este vocablo— alma—su inicio y su fin. Actualmente existen divergencias tanto filosóficas como teológicas sobre este controversial punto.

Antes de proporcionar el fundamento bíblico sobre esta temática, expondremos algunos criterios al respecto. En la mayoría de congregaciones evangélicas existen dos conceptos del alma.

primero:

 “Que el alma de la persona al fallecer, no entra al cielo, sino hasta el juicio final. 

Segundo:

Que el alma va al cielo inmediatamente después de la muerte”.

El concepto de la iglesia católica romana, explica que: “Después de la muerte el alma sobrevive, ya que ésta es inmortal, mientras que el cuerpo se descompone; y en el juicio final el cuerpo resucita y se une al alma”. Veamos brevemente el concepto alma desde el punto de vista filosófico.

Platón—filósofo griego—nos proporciona su criterio relativo al alma: “El alma es el principio que anima los cuerpos de los seres vivos, que les da vida y movimiento; pero lo peculiar de su concepción se muestra en su visión del alma como principio de racionalidad y dotada de carácter divino. El alma es la parte más excelente del hombre, gracias a ella podemos alcanzar la ciencia y realizar acciones buenas. El alma nos vincula con el mundo divino y está dotada de un destino inmortal”.

ALMA EN EL CONCEPTO DEL ISLAM.

El islam enseña, “que el hombre tiene un alma que pasa al más allá. Según el Corán el alma puede tener diferentes destinos, que puede ser: o un jardín celestial paradisiaco, o el castigo de un infierno ardiente. Los musulmanes creen que el alma de un difunto pasa por una barrera temporal—tiempo intermedio entre la hora de la muerte y la hora de la resurrección—. Si la persona ha sido fiel el destino final podrá ser el paraíso lleno de arroyos y jardines donde se podrá disfrutar eternamente. Si la persona ha sido infiel, el infierno lleno de fuego, donde no se probará sueño ni más bebida que agua hirviente”. Fuente: Sura 4:57.

LA POSTURA DE LA PALABRA DE DIOS.

En principio diremos que el elemento alma es abstracto, que indica una cualidad con la exclusión del sujeto, como blancura, bondad, que no se ocupa de cosas reales—diccionario Larousse—.

Sus raíces: psuche—raíz griega—. Hebrea-Nephesh—. El vocablo alma tiene varias acepciones desde el punto de vista escritural. He aquí unos ejemplos: alma igual a persona. La versión revisada expone: “Y el varón incircunciso, el que no hubiere sido circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo…” Génesis 17:14. La versión de Ausejo traduce: “Será su alma borrada de su pueblo”.

Otra extensión de alma la encontramos en el libro de Deuteronomio: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, con todas tus fuerzas” Deuteronomio Cap. 6-5. En este contexto el Señor no hace referencia al corazón formado por aurículas, ventrículos, válvula mitral, etc., cuyo órgano tiene funciones vitales. El Señor reclama lo que está enclavado en la psiquis humana. – El alma- en cuyo contenido está el sentimiento, voluntad y deseo.

Otros indicadores de alma, según Nephesh: Que siente hambre -Salmo 107:9, tristeza -Salmo 42:6, Alegría Salmo 86:4- deseo de comunión con el Altísimo Salmo 42:1-2.

Alma sinónimo de Ánimo.

La versión revisada explica: “Porque el malo se jacta del deseo de su alma” Salmo 10:3. La versión Bober y Cantera expone: “Pues se jactó el impío del ansia de su “ánimo”.

De todos los sinónimos de alma que hemos analizado en esta parte, meditemos sobre las últimas citas que expusimos relativo a ánimo que bíblicamente, reiteramos, es igual a alma. 

Como premisa tenemos el concepto que nos presenta la enciclopedia Encarta sobre este vocablo. Ánimo: “alma o espíritu en cuanto es principio de la actividad humana—intensión, voluntad, valor, esfuerzo y energía”—. Así se explica que el alma y el espíritu del interior del hombre realizan algunas funciones en común en las que destaca la intensión y voluntad. Estos son dos aspectos de carácter psíquico que nos impulsa a hacer lo bueno o lo malo.

David explica en la cita descrita arriba: “Que el malo se jacta del deseo de su alma”. A cada deseo le precede un sentimiento arrastrado muchas veces por un ansia—deseo intenso de hacer o concluir una cosa—.

Bajo este contexto debemos reflexionar, ¿cómo estamos conduciendo nuestra alma?, y ¿cómo están nuestros sentimientos

hacia los demás? La intención y voluntad que procede en nuestra mente debemos encauzarla por el bien común y el valor, esfuerzo y energía; debemos emplearlo por ejemplo:

En la labor evangelizadora de la iglesia en pro de las almas que necesitan la salvación. Encauzar esos sentimientos en sentido contrario conducirá al alma a la muerte. “He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así como el alma del hijo es mía; el alma que pecare esa morirá” Ezequiel 18:4.

Analicemos otro punto en controversia que expone Mateo con relación a esta parte. “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” Mateo 10:28. Esta breve narración de el Señor la dividiremos en dos partes:

Primero: “Y no temáis a lo que matan el cuerpo”. La iglesia en la edad media sufrió cruentas persecuciones, que muchos de los elegidos del Señor murieron; algunos cadáveres de ellos sirvieron de teas que alumbraban el coliseo romano, sin embargo, en la segunda parte de este trozo, el Señor es enfático en afirmar que al alma—deseos, ánimo, voluntad y decisión—jamás mataron en éstos.

Con lo expuesto en esta parte, concluimos que el alma no es inmortal por lo mismo, desciende al sepulcro hasta el segundo retorno glorioso de nuestro salvador Jesucristo, en espera de su redención o condenación final.

EL CUERPO.

El cuerpo forma parte de los dos elementos ya estudiados—espíritu y alma—que a juicio del Señor debe de ejercer el papel que él ha determinado.

En el antiguo testamento la palabra de Dios emplea como sinónimo de cuerpo, la carne, veamos algunos ejemplos: “Al cabo de tres días quitará Faraón tu cabeza de sobre ti, y te hará colgar en la horca, y las aves comerán tu carne—cuerpo—de sobre ti” Génesis 40:19.

De los animales: “Todo lo que tocare su carne será santificado; y si salpicare su sangre sobre el vestido, lavarás aquello sobre que cayere, en lugar santo” Levítico 6:27. “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a la mujer, y serán una sola carne” Génesis 2:24.

En el nuevo testamento la palabra del Eterno es más especifica sobre este vocablo “¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?” Mateo 6:25 última parte.

En esta dispensación el cuerpo va más allá de ser un compendio de órganos, tejidos, sangre, huesos etc. El Señor Jesucristo le dio la calidad de templo: “Respondió Jesús y les dijo: destruid este templo y en tres días lo levantaré. Dijeron luego los judíos en cuarenta y seis años fue edificado este templo, y tú en tres días lo levantarás? Mas él hablaba del templo de su cuerpo” Mateo 2:19-21.

Un concepto de templo nos lo proporciona el diccionario Larousse “Edificio consagrado en honor a una divinidad”. El apóstol Pablo ratifica lo expuesto por el diccionario consultado: “Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios” 1ra de Corintios 3:9.

El apóstol Pablo en el siguiente enunciado, expresa la existencia de un ser especial en el cuerpo—templo—de la persona “No sabéis que sois templos de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?”. Esta concienciación del apóstol lleva también explicita la sentencia o pena para los que contaminan y violan el cuerpo “Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” 1ra de Corintios 3:16 y 17.

¿COMO DESTRUIMOS EL TEMPLO DE DIOS?

En esta parte enfocaremos brevemente tres causas que contamina el cuerpo:

  1. Estupefacientes.
  2. Alimentos prohibidos por la palabra de Dios.
  3. Inmoralidad.

Drogas:

Según Wikipedia entre las drogas destaca el alcohol, y enumera sus efectos dañinos.

  1. “El alcohol es responsable del 50% de los accidentes con victimas mortales.
  2. El alcohol daña las células cerebrales así como los nervios periféricos de forma irreversible.
  3. Daña los sentimientos, pensamientos y memoria de la persona. Los afectados confunden la realidad con sus invenciones.”

Drogas farmacológicas.

Las drogas de mayor demanda entre los adictos son: heroína, metadona, éxtasis, marihuana, cocaína etc. La drogadicción

farmacodependiente es un padecimiento que consiste en la adicción o sustancias químicas que afecta el sistema nervioso central y las funciones cerebrales, así también en la percepción, en el juicio y en las emociones.

Tabaco.

La adicción a los productos derivados del tabaco es la más extendida. Su aceptación cultural considera su consumo como una fuente de placer. La adicción al tabaco es el causal de accidentes cardiacos y cerebro vascular; además de producir cáncer de pulmón.

Alimentos prohibidos por la palabra de Dios.

Por ser muy extensa esta parte, nos limitaremos a enfocar uno de los alimentos más consumidos en nuestro país, pero rechazado por la palabra de Dios:

“Los que comen carne de cerdo y abominación y ratón, juntamente serán talados dice Jehová” Isaías 66:17 última parte. Una

vez que el Señor prohíbe la ingesta de carne de cerdo, obviamente también se refiere a sus derivados—jamón, chorizos, tocino, paté, embutidos, salchicha, mortadela, salchichón y más—. El consumo de carne de cerdo no solo contamina el cuerpo, sino produce diversas afecciones como infarto al corazón—obstrucción de las arterias—derrame cerebral—embolia en los vasos cerebrales—y la temida cisticercosis—presencia de larvas que consumen el cerebro—. Este parasito una vez que invade el cerebro produce efectos secundarios como la epilepsia crónica precedida por fuertes convulsiones.

ACTOS INMORALES.

La palabra de Dios nos advierte a no contaminar nuestro templo con actos que riñen con la moral, “No reine, pues, el pecado en nuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad” Romanos 6:12 y 13. Analicemos brevemente estos dos versículos—12 y 13—cuyo contenido es de carácter moral. En el versículo 12 Pablo advierte que no reine el pecado sobre nuestro cuerpo, en obediencia a las concupiscencias. La concupiscencia entre otras acepciones significa goce sensual. 

El libro a los romanos nos narra el cambio de la sexualidad humana que determinaron hacer tanto hombres como mujeres: “Pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza—lesbianismo—y de igual modo también los hombres dejando el uso natural de la mujer se encendieron en su lascivia unos con otros — homosexualismo–.” Romanos 1:26 y 27. Pablo hace referencia a la lascivia de esas personas que desencadena en la lujuria—afición a los placeres de la carne— y concluye diciendo: “De modo que deshonraron entre si sus propios cuerpos”.

Fornicación.

La fornicación tiene varias acepciones en las Sagradas Escrituras, por ejemplo es idolatría: “Con la cual han fornicado los reyes de la tierra y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación” Revelación 17:2. Sin embargo, en esta parte explicaremos el término fornicación en el sentido literal. ¿Qué es fornicación? “Relación sexual fuera de matrimonio”. Esta forma de contaminar el cuerpo se produce más en la juventud, sin embargo, ocurre también con frecuencia entre los adultos. El apóstol Pablo previene de no cometer éste ilícito contra el cuerpo “Huid de la fornicación, cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; más el que fornica, contra su propio cuerpo peca” 1ra de Corintios 6:18.

El criterio de psicólogos, sociólogos y las sociedades modernas apoyan las relaciones pre matrimoniales y las han instituido como un patrón cultural, sin embargo, el Señor censura esta acción. “Honroso sea en todos el matrimonio y el lecho sin mancilla, pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” Hebreos 13:4. En esta parte el criterio del Eterno es enfático y hace sentir la obediencia a sus santos mandamientos y sobre todo que el cuerpo o templo refleje su gloria y santidad.

Que nuestro sentir sea similar al del apóstol Pablo… “Sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo” Romanos 8:23.

CONCLUSION.

En esta parte haremos una recapitulación de este estudio. La palabra de Dios ha dejado sentado que el aliento o espíritu de vida, es el soplo que Dios provee al hombre al nacer, Génesis 2:7; y que éste retorna a El cuando la persona fallece. Eclesiastés 12:7.

Que el espíritu interno del hombre es totalmente diferente del espíritu o soplo de vida arriba expuesto, porque éste registra nuestras obras. En el terreno espiritual, el espíritu interior recibe capacitación de parte del Eterno una vez que la persona opta por su regeneración. “Jehová, que extiende los cielos y funda la tierra, y forma—adiestra, prepara y enseña—el espíritu del hombre dentro de él.” Zacarías 12:1. Así, el espíritu interno del hombre que anterior a su conversión, era servidor incondicional del pecado, es ahora un espíritu al servicio del Eterno; por lo cual debe mantenerse intachable hasta la muerte para no ser reprendido.

Que el alma es un elemento intangible incrustado en la psiquis—mente—del hombre. El alma, como hemos expuesto expresa deseo, voluntad, ánimo, tristeza, angustia; tal el caso del varón de dolores que previo a su crucifixión experimentó aflicción, “y tomó consigo a Pedro, Jacobo y a Juan y comenzó a entristecerse y a angustiarse. Y les dijo: mi alma está muy triste hasta la muerte” Marcos 14:33 y 34.

El cuerpo, como expusimos es el templo del Espíritu Santo—1ra de Corintios 3:16 y 17—. Por lo tanto, debe permanecer exento de contaminación, como lo expone Pablo “.Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumento de iniquidad” Romanos 6:12 y 13.

Para concluir, meditemos en la exposición del apóstol Pablo: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo y todo vuestro ser espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 1ra Tes 5:23. Estos tres elementos mortales, deben de permanecer en estado irreprensible— sobriedad, sin tacha, pureza moral, fidelidad, justo y santo—para la venida de nuestro Salvador; condición que debe perdurar hasta la muerte para recibir la inmortalidad. “Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción y esto mortal se vista de inmortalidad -eterno, infinito, sempiterno, etc.-” 1ra Corintios 15:53

LA IGLESIA DE DIOS Y SU TEMATICA. 

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