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“Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo…” Mateo 13:3

Por  Enrique Gordillo Mazariegos

Su definición: “Comparación, narración de la que se deduce una enseñanza moral o una verdad importante”. Fuente: Diccionario Larousse.

Su naturaleza: “La parábola tiene un fin didáctico, evoca a un ambiente y describe una acción y sus resultados.  Dicha narración se basa en una experiencia cotidiana de la vida, cuyo fin es enseñar una verdad espiritual”. Fuente: Wikipedia.

Cada una de las parábolas forman un mensaje y presentan un aspecto diferente del Reino de Dios.  El Señor Jesucristo en su ministerio terrenal explicó variedad de parábolas, cuyo contenido ha edificado a los suyos de siglo en siglo.  Lo importante, creemos, es saber captar el mensaje que el Señor nos quiere dar a través de éstas.

ANALISIS DE LA PARABOLA

Entrando en materia en el estudio, la semilla que crece sola, recurriremos a los escritos del evangelista Marcos.  “Les voy a contar una historia para que vean como es el Reino de Dios: un agricultor sembró un terreno y se fue.  Con el transcurso de los días, las semillas crecieron por si mismas gracias a la fertilidad del suelo.  Primero brotaron las hojas y luego se fueron formando las espigas de trigo hasta que por fin el grano maduró.  A su debido tiempo el agricultor regresó con una hoz y segó las espigas”. Marcos 4:26-29. Versión Al Día.

Para mejor comprensión de esta temática leeremos la primera parte de los textos arriba descritos en la versión Latinoamérica.  “Escuchen esta comparación del Reino de Dios.  Un hombre echó semilla en la tierra, esté dormido o despierto, de noche o de día, la semilla brota de cualquier manera y crece sin que él se dé cuenta”. Marcos 4:26.

Para ilustrar este estudio, brevemente presentamos la definición de semilla:

“La semilla es de acuerdo a la botánica, el componente de una fruta que alberga el embrión, que puede derivar en una nueva planta.  También se conoce como semilla al grano que produce los vegetales y que, cuando se siembran o caen al suelo, genera otros ejemplares que pertenecen a la misma especie”. Fuente: Wikipedia.

El análisis de este trozo nos conducirá al espíritu de esta enseñanza.  No olvidemos que el hombre o agricultor de la parábola que echa la semilla en la tierra es la bendita figura del Hijo de Dios. Mateo 13:37.

Volviendo a la fuente Wikipedia, alude que la semilla es el componente de una fruta que alberga el embrión.  Tomemos el ejemplo de un embrión humano; este recibe este nombre desde su concepción.  El embrión, en su desarrollo pasará a la etapa de feto hasta su alumbramiento.

Veamos la parte espiritual.  El Señor explica en su parábola el proceso de la semilla.  “Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga”… Marcos 4:28.

PRIMERO HIERBA

¿Qué representa la hierba? “Que toda carne—el hombre—es hierba, y toda su gloria como flor del campo”. Isaías 40:6.

La versión al día expone: “Di a gritos que el hombre es como la hierba que se marchita, y toda su belleza se aja como las flores que languidecen”. 

El hombre, en esta etapa, en calidad de hierba necesitará agua para no morir.  “Goteará como lluvia mi doctrina.  Destilará como el rocío mi razonamiento; como la llovizna sobre la grama y como las gotas sobre la hierba”. Deuteronomio 32:2.  Sin embargo a pesar de el agua—enseñanza—que recibe el hombre, –hierba— y muchos más que reciben el evangelio no pasan a la segunda etapa—la espiga—.  ¿Por qué razones?  La respuesta la encontramos en otra interesante parábola—del sembrador—dictada también por el Maestro: “Un agricultor salió a sembrar sus semillas en el campo—mundo. Mateo 13:38— y mientras lo hacía algunas cayeron en el camino, y las aves vinieron y se las comieron”. Mateo 13:4.  En el desarrollo de su ministerio el Hijo de Dios sembró sus semillas por doquiera; es decir, no se limitó a predicar solo en un determinado lugar, sino que el evangelio llegó a todas las capas sociales de aquel entonces, incluso a los sitios más apartados de las ciudades.  “Recorría Jesús todas las ciudades, y aldeas predicando el evangelio del Reino”. Mateo 9:35.  No obstante, el llamado del Señor, ¿Tuvo eco en los corazones que lo escuchaban? El Señor expone la interpretación en esta parte: “El camino duro en que algunas de las semillas cayeron representa el corazón de las personas que escuchan las buenas nuevas del Reino y no las entienden.  Satanás llega y les quita lo que se les sembró”. Mateo 13:19. Versión Al Día.  ¿Habrá alguien que no entienda el mensaje del Eterno?  El Señor una vez que expone la dureza del que recibe la enseñanza y no la entiende, el receptor la toma con indiferencia testarudez, esto facilita la labor del enemigo en neutralizar la doctrina en esta persona.

Continuando con el desglose de esta parábola el Señor narra de otro sector que recibe la palabra:  “Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto porque no tenia profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; porque no tenia raíz, se secó”. Mateo 13:5.  Veamos ahora la interpretación que nos da el Señor en esta parte.  “Y el que fue sembrado en pedregales, este es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo.  Pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza”. Mateo 13:20 y 21. Esta porción bíblica representa a aquella persona que si recibe el evangelio, pero de una manera superficial.  La semilla que cae en la tierra—la tierra en términos espirituales es el símbolo del hombre.  “Y oiga la tierra los dichos de mi boca”. Deuteronomio 32:1—en esta parte, la parábola describe al hombre que recibe la palabra, de poca convicción, es decir, su fe no tiene sustento en la raíz—figura representativa de nuestro Redentor a través de su palabra. Isaías 11:1—.  Los pedregales de la parábola significan los obstáculos—presión de la familia, problemas laborales, económicos, etc—.

 “Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron”. Mateo 13:7.  Su interpretación:  “El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra y se hace infructuosa”. Mateo 13:22.  En esta parte el Maestro hace énfasis en esta pandemia: el afán del poder, la gloria, riquezas, etc.  La palabra de Dios no tiene cabida en el corazón del hombre como lo expone el medico Lucas.  “La que cayó entre espinos, estos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida y no llevan fruto”. Lucas 8:14.

Desde la antigüedad, el hombre lleva implícito en su corazón la impaciencia de agenciarse riquezas para sí; y en los días finales que vivimos hoy, ha aumentado la zozobra por muchos factores que afligen a la sociedad, especialmente la adquisición de riquezas.  El consejo del sabio es puntual.  “No te aferres por hacerte rico; se prudente y desiste.  ¿Haz de poner tus ojos en la riqueza, siendo ningunas? Porque se harán alas, como alas de águila y volarán al cielo”. Proverbios 23:4 y 5.  Así las vanas riquezas y placeres  no permiten que la palabra de Dios penetre en el corazón del hombre; al contrario, la asfixia.  Estos grupos que el Señor describe en su parábola reiteramos, no pasan a la segunda fase de su desarrollo espiritual, –la espiga–, similar situación ocurre en el embrión humano, de nuestro ejemplo, en el vientre materno; que no avanza al estado fetal, el embarazo se interrumpe, por ejemplo por un aborto y se frustra el nacimiento.  Sin embargo, el Señor hace sentir que existe un grupo o clase que hace eco a su mensaje.  “Más el que fue sembrado en buena tierra este es aquel que oye y entiende—compenetrarse, simpatizar, discernir y comprender—la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno”. Mateo 13:8 y 23.  La figura de esta persona que oye y entiende la palabra y da fruto, es el siervo de Dios que ha superado todos los obstáculos en base de sacrificios, renunciación, perseverancia y entrega total a la causa divina, por ende, supera la primera fase y pasa al rango siguiente:

“Luego espiga y por último la espiga bien granada de trigo”. Marcos 4:29.  Los distintos cambios que se dan en los hijos de Dios

son dignos de estudiarse en la parábola que nos ocupa.  “Luego espiga y por último la espiga bien granada de trigo”. 

Esto último concuerda con lo que nos dice el diccionario Larousse sobre la expresión espiga.  “Espiga cabeza del tallo del trigo, donde se contienen los granos”.  La espiga bien granada de trigo simboliza los frutos que debe producir el hijo de Dios. Gálatas 5:22 y 23.  Estos frutos se pusieron de manifiesto en los albores de la iglesia destacando por ejemplo: la evangelización sin precedentes que efectuaron los siervos de Dios, en lo cual en un solo día se bautizaron tres mil personas. Hechos 2:41—y dan fruto el treinta por uno, el sesenta a ciento—Marcos 4:20.  Trabajaron también arduamente por las causas sociales en favor de los desposeídos. Hechos 2:45. Volviendo a la definición de semilla que expusimos en este estudio, parte del trozo expone: “También se conoce como semilla al grano—fruto—que produce los vegetales y que cuando se siembran o caen al suelo, genera otros ejemplares que pertenecen a la misma especie”. Fuente: Wikipedia.  Los mártires del ayer abonaron con su sangre la semilla santa del evangelio.  Narra la historia que el sufrimiento y muerte de éstos eran imitados por muchas personas que se añadían a la iglesia; cuando un siervo del Señor moría, se levantaban otros de la misma fe.  Así de generación en generación la semilla sembrada por el Señor Jesucristo en el corazón de sus siervos no deja rastro.  Ninguno puede precisar el momento de su conversión, es obra exclusiva de Dios.

EL TRIGO Y LA CIZAÑA

El hijo de Dios una vez que, gracias a la palabra, supera la primera etapa— hierba—y pasa a ser espiga lleva frutos para el desarrollo de la causa del Señor, sin embargo encuentra dificultades hasta en lo interno de la iglesia.  ¿Acaso no fue suficiente las pruebas que tuvo que superar en su conversión con la familia, amistades, patrones tradicionales de este mundo, para que dentro de la iglesia encuentre dificultades para el desarrollo de sus talentos?

¿Qué es la cizaña? Según Wikipedia es una semilla parecida al trigo, sin embargo, es venenosa.

El Señor explica la parábola de la cizaña.  “Respondiendo él les dijo: el que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. 

El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino, y la cizaña son los hijos del malo. 

El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles”. Mateo 13:36-39.  Esta es la definición que proporciona el Señor de esta parábola en el capitulo 13 de Mateo y los versículos 24 al 30.

Partiendo de los sinónimos de cizaña—disensión, discordia, enemistad, conflicto, perjuicio y roces—entendemos que desde los albores de la iglesia existen desavenencias entre sus miembros.  “Porque aun sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas, y disensiones, ¿No sois carnales?, y andáis como hombres? 1ra de Corintios 3:3.  ¿Por qué esta reprensión tan dura del apóstol?  “Porque diciendo el uno: yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: yo soy de Apolos, ¿No sois carnales? –versículo 4–.  Algunos miembros habían tomado partido en torno a estos dos varones piadosos activistas del evangelio; la iglesia de Corinto con esta actitud quería dividirlos y ponerlos uno contra el otro.  ¿Acaso no sucede esto algunas veces en la iglesia?  Pablo siempre apostó por una iglesia homogénea, es decir, que no existiesen grupos diversos entre el pueblo de Dios, sin embargo, a veces la unidad se imposibilita.  “Pues en primer lugar cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones, y en parte lo creo”. 1ra de Corintios 11:18.  Hoy en día, como antaño dentro de la congregación hay  grupos por afinidad—léase por posición económica, académica,  condición racial y en esta parte es cuando el siervo de Dios encuentra grandes obstáculos para desarrollar sus dones, incluso a veces es discriminado por los demás miembros; y en este contexto el apóstol consigna el beneficio que conlleva librar estas grandes batallas.  “Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados”. 1ra de Corintios 11:19.  Esta es la lucha que tiene que librar el trigo—el verdadero siervo de Dios—contra la cizaña.  Lastimosamente algunos miembros de la iglesia adoptan este triste papel para interrumpir el proceso acelerado del siervo de Dios en favor de la causa del evangelio. ¿Qué resultados espera el Eterno de su siervo que es sacudido como cual árbol para despojarle de sus frutos? “Para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados”.  El siervo de Dios –trigo—sobrevive cuando los conflictos no lo hacen claudicar; sino lo fortalece, modela su carácter y su vida espiritual se asemeja al fuerte árbol de sauce que las peores tormentas no lo abate porque es flexible.  

“Y CUANDO EL FRUTO FUERE PRODUCIDO, LUEGO SE METE LA HOZ, PORQUE LA SIEGA ES LLEGADA” Marcos 4:29

El Hijo de Dios en esta porción de la parábola, nos refiere a su segundo retorno a esta tierra, cuando venga a recoger

los frutos de la cosecha; frutos proveniente de aquella semilla que abonó la tierra fértil, que no necesitó ayuda extraña para su crecimiento.  

“Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro—el trigo y la cizaña—hasta la siega y al tiempo de la siega yo diré a los segadores – los ángeles que acompañaran al Señor en su segunda venida—recoged primero la cizaña y atadlos en manojos para quemarlas; pero recoged el trigo en mi granero”. Mateo 13:39; 13:30.

Después de haber presentado el análisis de esta parábola, debemos reflexionar sobre nuestra estancia en la iglesia.  ¿Cuál ha sido nuestro papel hasta hoy? ¿Habremos experimentado algún cambio? ¿O quizás somos los mismos que cuando conocimos la iglesia?

Quiera el Dios Omnipotente ser terrenos fértiles para llevar frutos para su honra y gloria.  Concluido.

LA IGLESIA DE DIOS Y SU TEMATICA

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