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“Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su especie, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie.  Y fue así”. Génesis 1:24

Por Enrique Gordillo Mazariegos

INTRODUCCIÓN

Muchos textos evolucionistas-liderados por Charles Darwin- han transcrito sus conocimientos en torno al origen de las especies, sometidas según ellos, a transformaciones atendiendo a la época y el ambiente en que se han desarrollado.  Por ejemplo, Darwin asegura que: “Las diferentes variantes,de las especies-se van transformando a lo largo del tiempo, que pueden llegar a originar la creación de una nueva especie.   Por aparte, el científico Lemarc afirma que: “El cuello de la jirafa al principio era corto; sin embargo, con el tiempo evolucionó y su cuello creció al punto que este cambio le facilitó alcanzar sus alimentos de los árboles”.

La paleontología moderna explica, “que el estudio de la astrofísica confirma que el firmamento y la tierra se materializaron por casualidad; es decir, al azar”.

Otra teoría evolucionista explica que: “El universo fue el resultado de una explosión que empezó con el Bing Bang y que de las partículas se formaron las estrellas”.

Y la parte culminante, entre otras, es la afirmación de Charles Darwin, “de la transformación del hombre que fue cambiando una serie de hábitos, lo que produjo la aparición de nuevas especies”.

Antes de analizar las controversiales afirmaciones de los evolucionistas y la ciencia Paleontológica, examinemos lo que explican las Santas Escrituras relativo a este punto.

El libro de Génesis explica en los primeros versículos-del uno al diez de su primer capítulo, parafraseado- del orden de la tierra; Dios hizo la luz, separándola de las tinieblas.  De la luz hizo el día y de las tinieblas la noche. Separó las aguas de las aguas; es decir, hizo los mares, los ríos y lagos de la tierra.  Separó también el agua de la tierra y estableció la parte seca.

Veamos ahora la parte medular de este estudio:

“Después dijo Dios: produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé su fruto según su especie y que su semilla esté en él, sobre la tierra y fue así. 

Produjo, pues la tierra hierba verde, hierba que dé semilla según su naturaleza, y árbol que dé fruto, cuya semilla está en él, según su especie.

Dijo luego Dios: haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, días y años.  Y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra.  Y fue así.  E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease de día, y la lumbrera menor para que señorease de noche, hizo también las estrellas y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra.

Dijo Dios: produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en abierta expansión de la tierra. 

Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve,

que las aguas produjeron según su especie y toda ave alada según su especie.  Y vio Dios que era bueno en gran manera. 

Y Dios los bendijo, diciendo: fructificaos y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares y multiplíquense las aves de la tierra. 

Luego, dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su especie y ganado según su especie, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie.  Y vio Dios que era bueno.

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra,  y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”.

Las partes remarcadas de los versículos citados serán objeto de análisis en breve.

Veamos ahora el origen de las especies desde la óptica evolucionista, expuesta en nuestra introducción.

La fuente: La Clasificación de las Especies, expone: “El origen de la vida nos lleva a millones de años antes de nuestra época, cuando aparecieron los primeros seres unicelulares.  Muchos años después comenzaron a surgir los primeros seres vivos complejos y más tarde nacieron los seres humanos en un mundo ya lleno de vida”.

Las pruebas evolutivas Paleontológicas plantean que los primeros en poblar la tierra fueron seres unicelulares, es decir, organismos formados sólo por una célula.  “Son seres vivos microscópicos y no se pueden observar a simple vista, cómo las bacterias, las algas y los hongos”.

Reza la segunda parte que “muchos años después comenzaron a surgir los primeros seres vivos complejos”.  “Son aquellos tejidos que conforman los animales pluricelulares.  Los organismos pluricelulares son muy variados y pueden ir desde un hongo a un árbol o un animal”.

Finalmente la cita expone: “Y más tarde nacieron los seres humanos”.  Ante esta aseveración de la ciencia y partiendo de la Biogénesis que expusieron los versículos de la creación divina, concluimos que un género o especie no puede evolucionar.  Lo que Dios creó no evoluciona en millones de años.  Dios, ocupó seis días para completar su perfecta creación ininterrumpidamente; no fue escalonado a través de recesos prolongados de tiempo.  Creó los organismos pluricelulares en plantas y animales según su especie. Génesis 1:25; Génesis 1:12.  Los árboles por ejemplo, germinan a través de la semilla y da origen a otro árbol de su misma especie.  Los animales a través del apareamiento procrean o engendran otros animales de la misma especie.  No generan otras especies, menos aún que evolucionen, o sea, pasen de un estado a otro en millones de años como exponen las teorías de la obra entre otras, “el origen de las especies”.

Las partes remarcadas del capítulo 1 de Génesis son elocuentes y no admiten discusión.  Todo en su orden:…”La hierba que da semilla según su especie”.  Las aves que vuelan según su especie, etc.  Especies únicas que producen la misma especie.

Veamos el caso del género humano

Lo que expone Charles Darwin: “Así pues los humanos se parecen a los primates en muchas características anatómicas no por capricho de la naturaleza sino

porque el hombre es un primate que está emparentado también con los demás primates y con los cuales comparte un ancestro común del cual heredaron ésas estructuras anatómicas similares”.

Y concluye: “La propia evolución del hombre fue cambiando, lo que produjo la aparición de nuevas especies”.

Las partes acentuadas es un claro desafío a la creación divina, por cuanto Jehová ordenó adecuadamente las especies de todo tipo; incluyendo el género humano.  Sobre este punto Pablo es categórico al afirmar: “No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves”. 1ra Corintios 15:38 y 39.  Observemos con suma atención la clasificación paulina que da a las especies, incluso su origen que no desentona en nada con lo expuesto  en el libro de Génesis.  Pablo explica la incompatibilidad que existe entre las distintas especies.  Es absurdo pretender mantener la tesis que el hombre posee las mismas características de los primates; menos aún que el hombre haya evolucionado de éste gradualmente hasta alcanzar su plenitud humana. Cuando Darwin habla sobre el parentesco que existe entre los simios y el hombre, hace referencia ¡de la semejanza que existe entre ambos!  ¡Jamás! El libro de Génesis explica lo contrario: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”. Génesis 1:26.  ¡Somos la imagen de nuestro Padre Celestial, un privilegio no otorgado a ninguna criatura!  El hombre expone el salmista: “Y lo coronaste de gloria y de honra.  Lo hiciste señorear sobre las obras de tus manos”. Salmo 8:5.  En esta distinción Dios otorga al hombre renombre, honor y gloria.  “Todo lo pusiste debajo de sus pies: ovejas y bueyes, todo ello.  Y así mismo las bestias del campo-incluyendo a los primates o simios-, las aves de los cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa por los senderos del mar”. Salmo 8:6 y 8.

No obstante, la declaración bíblica, ¿Por qué existe en el mundo tanta confusión sobre el origen de las especies?

Destacan entre otros, el eslabón perdido y las distintas razas que existen en la tierra.

¿El eslabón perdido?

Según la enciclopedia Wikipedia explica que: “En el año 1863  el científico Huxley publicó en su obra: “Evidencias del lugar del hombre en la naturaleza”.  En el que expresa que el homo sapiens-hombre sabio- había evolucionado a partir de un antepasado simiesco.  Entonces los escépticos pidieron que, si el hombre había evolucionado de los simios, se les mostrara el eslabón perdido entre estos y el ser humano; nunca lo demostró.  Desde entonces se han encontrado varios eslabones de la cadena”.

Pero, según la ciencia Paleontológica ¿Qué es el eslabón perdido? “Son fósiles que supuestamente relaciona los simios con los hombres por supuestas características entre sí; sin embargo, los fósiles nunca están completos”. Como observamos, la ciencia se enreda en sus teorías; al principio aboga por un eslabón, ahora declaran que son más.  ¿Qué hace falta?  ¿Será que Dios “olvidó” alguna parte del organismo humano y animal cuando los creó?  Bastará el siguiente ejemplo para contemplar el infinito poder de Dios por su perfección.  El profeta Jeremías declara:  “Como no puede ser contado el ejército del cielo-estrellas-ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la descendencia de David”. Jeremías 33:22.  Hoy en día los astrónomos estiman un aproximado de diez mil billones de trillones de estrellas, ¡imposible de contar para el hombre!  Sin embargo, no para el Creador.  Escuche esta increíble expresión del salmista.  “El cuenta el número de las estrellas; a todas las llama por su nombre”. Salmo 147:4.  Este prodigio incomparable de nuestro Dios, desmiente completamente la tesis evolucionista por ejemplo, que la jirafa originalmente tenía cuello corto, y a través de millones de años había conseguido crecer para obtener sus alimentos.  O el punto en mención de la falta de alguna parte o partes de su creación.  Una ofensa gravísima a la infabilidad de nuestro Creador. Definitivamente existe un inconveniente de carácter genético que impide a una especie determinada cambiar a otra totalmente distinta.  Todas las especies que fueron hechas por Dios, solo se reproducen de acuerdo a su propio género.

Según Génesis 2:7, nuestro cuerpo está hecho del polvo de la tierra.  El género humano procede de nuestros primeros padres Adán y Eva.  “Y llamó Adán, el nombre de su mujer Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes”. Génesis 3:20. Eva, es el símbolo de las mujeres que conciben y multiplican la especie humana.

El hombre ciertamente ha evolucionado en todas las áreas de la vida: Tecnología, medicina, inventos, etc, pero jamás ha sufrido modificación alguna en su especie, creada originalmente por Dios.

Las razas humanas: ¿Son diferentes especies?

Según la ciencia existen tres tipos de razas:  a)La caucásica-raza blanca-

b)La negroide-raza negra-

c)La mongoloide-raza amarilla- ¿De dónde proceden las distintas razas?  

El relato de Génesis:  “Estas son las familias de los hijos de Noé por sus descendencias, en sus naciones; y de éstos se esparcieron a las naciones en la tierra después del diluvio”. Génesis 10:32.

Según la antropología clásica expone que: “En la edad media se creyó encontrar en la diversidad humana un origen similar al que tiene multiplicidad de lenguas. Haciendo una interpretación bíblica, la humanidad desciende de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, cuyos descendientes se esparcieron por el mundo después del diluvio, dando lugar a tres pueblos o razas diferentes”: 

a)Semitas-Asiáticos-

b)Camitas-Africanos-

c)Jeptitas-Europeos-

Por aparte, el doctor Tommy Mitehell se apoya en la base bíblica de Génesis 11:5 al 9: “Y descendió Jehová para ver la ciudad que edificaban los hombres.  Y dijeron: vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo y hagámonos un nombre por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.  Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje: y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.  Ahora pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el hablar de su compañero.

Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad”.

El mismo exponente explica: “Cómo consecuencia de la dispersión se separaron  y se distanciaron uno de otro.  Los grupos se aislaron genéticamente.  Mientras los años pasaron, cada grupo generó su propia cultura y formas de hacer las cosas.  Aislados genéticamente, ciertos rasgos físicos se volvieron notorios en cada grupo”.

A raíz de esta mezcla de personas, surgieron diferentes tipos de raza con sus propias peculiaridades:

color de la piel, color de los ojos, rasgos faciales, estatura, corpulencia, etc.

Si bien por los sucesos presentados de dispersión de personas a otras latitudes de la tierra, generaron varios tipos de raza; sin embargo, en esencia pertenece a una sola especie.  

Además, el género humano está hecho de una misma sangre.  “Y de una sangre ha hecho todo el linaje-estirpe, raza, familia, etc- de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos y los límites de su habitación”. Hechos 17:26.

No obstante, que hoy en día existen 33 tipos de sangre a nivel universal, la ciencia ha establecido que se debe: “A muchos conjuntos de azúcares en la especie humana”.  Pero, como expone Pablo es la misma sangre a nivel universal del género humano.  

LA TIERRA Y EL UNIVERSO: ¿CREADOS POR CASUALIDAD?

Como expusimos al principio de esta temática, los evolucionistas afirman que el universo fue creado a través del Bing-Bang que provocó una explosión que formó de la nada partículas y leyes.  Todos estos hallazgos dicen, es gracias a los estudios de la Paleontología, de la genética, de la astrofísica o de la física en particular.

Con relación a la creación de la tierra, ¿qué explica la palabra de Dios? ¿Fue al azar o casualidad, o hubo un Creador?  ¿”Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? ¿Quién ordenó sus medidas, si la sabes? ¿O quien extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué están fundadas sus bases? 

Del universo: ¿Podrás tú atar los lazos de las pléyades o desatarás las ligaduras de Orión? ¿Sacarás tú a su tiempo las constelaciones de los cielos, o guiarás a la Osa Mayor con sus hijos? ¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos? Job 38:4, 5, 6, 31, 32 y 33” 

Con relación a la creación del universo, ¿Qué son las pléyades?  Según la ciencia, “son un puñado de estrellas, las cuales se sitúan a una distancia de 450 años luz de la tierra”.

¿ El Orión? 

“Es una constelación prominente, quizás la más conocida del cielo.  Sus estrellas brillantes y visibles desde ambos hemisferios hacen que esta constelación sea reconocida mundialmente”.  Fuente: Wikipedia, Enciclopedia Libre.

¿Las constelaciones de los cielos?

“Son grupos de estrellas que uniendo con líneas imaginarias forman figuras perfectamente identificables en el cielo nocturno.  A la fecha la Unión Astronómica Internacional ha reconocido ochenta y ocho constelaciones en toda la esfera del cielo”.

¿Y la Osa Mayor con sus hijos?

“También conocida como el Cerro Mayor, es una constelación con sus siete estrellas principales”. Fuente: Wikipedia.

¡Causa admiración y asombro contemplar en la mitad norte del Hemisferio Celeste, cerca del Polo Norte  la imagen de la Osa Mayor con sus hijos-

las siete estrellas principales- descrito por el patriarca Job! en el capítulo 38:32.

Por ello, el profeta exclama: “!Ah, Señor mi Dios tú, con tu gran fuerza y tu brazo has hecho los cielos y la tierra.  Para ti no hay nada imposible”. Jeremías 32:17. NVI.  El salmista es más específico: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos”.  Salmo 19:1.

Si el mundo y el firmamento hubiese sido al azar o por casualidad, ¿cómo anduviésemos los seres humanos por esta tierra?  Como zombies, es decir, muertos vivientes, como lo expone el escritor George Romero. Figuras inertes como la física, en cuya masa se fundamentan sus falaces teorías de un mundo y universo a través de sucesos imprevistos, y sin vida. 

Contrario a la existencia animada que provee nuestro Dios.  “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. Génesis 2:7.

¿TIENE EL HOMBRE INSTINTO ANIMAL?

No obstante, como hemos estudiado ampliamente el hombre es único en su especie, sin embargo tiene instinto animal. ¿Qué es instinto? “Es la reacción inmediata de determinados impulsos”.Wikipedia.

Definitivamente el instinto es una función biológica implícita en el hombre. No son actitudes aprendidas, sino un mecanismo de defensa lo que permite lidiar contra las adversidades de la vida.

Así, el hombre tiene instinto de violencia, sexual, social, personal, etc.  Por falta de espacio, sólo expondremos un ejemplo bíblico del instinto de conservación e instinto animal.

Veamos brevemente el caso de José.  “Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: duerme conmigo.  Y el no quiso, y dijo a la mujer de su amo: he aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene.  No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?  Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella.

Aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí. 

Y ella lo asió por su ropa, diciendo: duerme conmigo. 

Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió. 

Cuando vio ella que le había dejado su ropa en sus manos, y había huido fuera”. Génesis 39:7-13.

En este episodio observamos que José ante la arremetida sexual de la esposa de Potifar, despierta en él el espíritu de conservación; emerge de José la fuerza interna que lo defiende y lo protege del peligro eminente personificado en la mujer que, una vez de manera irreflexiva daba rienda a su instinto sexual sin conseguirlo.

Todos , sin excepción conocemos y llegamos a la iglesia lidiando con algún instinto que afecta nuestra vida, recibimos a través de la palabra de Dios, el adiestramiento para superar comportamientos o conductas inadecuadas, como está escrito: “Así qué entre tanto tenemos tiempo, hagamos bien a todos y mayormente a los domésticos de la fe”. Gálatas 6:10.

CONCLUSIÓN:

La obra: “El Origen de las Especies” ha ganado cientos de adeptos en el mundo; y los ha mantenido en vilo por las cuestionadas teorías que destacan las obras o textos que realzan ideas evolucionistas.  Es increíble que algunos filósofos lidian con el impasse, de la gallina o el huevo, ¿qué fue primero? 

Si tan solo aceptaran que Dios creó primero a las aves-Génesis 1:22- para reproducirse conforme a su misma especie,

ayudarían a resolver racionalmente todo el tejido de teorías absurdas que confunde a la humanidad.

Concluimos este artículo con lo expuesto por el apóstol Pablo.  “Para destruir las fortalezas del mal, no empleo armas humanas, sino las invencibles armas del Todopoderoso Dios.  Con armas tan poderosas puedo destruir la altivez de cualquier argumento y cualquier muralla que pretenda interponerse para que el hombre no encuentre a Dios.” Al Día.  

Concluido

LA IGLESIA DE DIOS Y SU TEMATICA

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